Para no dejar que las palabras se rompan al dar con la realidad,
para que no me olvides, o me recuerdes iracundo, enfadado,
para que me salve a mi mismo de mis necesades, de mis olvidos,
para no soltar, para no perderme...
Me volví durante varios meses iguana, me gustaba pasearme entre las cañas del monte, saltando de los estanques a la sombra y de nuevo al agua, mojar mis largos dedos en las aguas revueltas con lodo, dejar el hocico abierto por horas, mostrarme inamovible durante los primeros rayos del día, ser mar, iguana.
Ya después de ello, después de mucho hacerme iguana, me dí cuenta que había dejado de ser lo que realmente me gusta. Si a veces me sentí incómodo conmigo mismo, fue por haberme arrojando al olvido de ser iguana. Las iguanas no se preocupan por el vocabulario, por la sintaxis, por los conceptos. Simplemente son, y son muy verdes.
lunedì, ottobre 27, 2008
lunedì, ottobre 13, 2008
Xicotencatl
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