La lista de pendientes

La agenda. 
Interminable, inacabable, como el universo: en expansión...
Afortunado de que así sea, de que tenga siempre que ponerme al día,
con algún nuevo compromiso, con un nuevo "pendiente"
colgando en la agenda de mi tiempo... esperando, paciente,
acumulando expectativas, acumulando sueños, expectante.

Tiempo para darle tiempo a esos pendientes.
Tiempo frente a mí, detrás de mí, a mis lados...
Ahí está el tiempo, pero la vida se evapora.
Cuando menos lo pensaba, me alcanzó.

Bocanadas de aire, bocanadas de humo y de fuego,
atizando los pensamientos, haciéndolos revolotear en la mente,
profundamente pensando, en el próximo acto, en la próxima palabra.
Pensando en su esencia, en su presencia.
No hay necesidad de ensayar.
Hay necesidad de fluir, de existir, de manifestar.

¡Cuántos recuerdos se agolpan con los pendientes!
¡Cuántos rostros! ¡Cuántas promesas!
Las estrellas, testigas de las palabras soltadas al viento,
sonrien desde la distancia.