Pero en realidad, el número trece es una mera sugerencia.
Es una manera de decir que son más de doce.
Y que la manera en la que se pueden escribir todos esos sonidos será mucho más fácil de ejecutar porque será más fácil de leer.
El "sonido 13" tal vez tuvo en su nombre su mala suerte. Pues la carga emocional, energética, cuántica de un 13 no es la misma que de un 12. O un 10. Es un 13.
Y siendo más de 13, noventa sonidos. Noventa posibilidades combinatorias como una plataforma al infinito.
Todo surge más simple desde cada rincón del universo.
Resonando.
En armonía.
Y si esa armonía fuera registada con números, podría escribirse, la relación matemática, entre los sonidos que escuchamos y lo que sucede en nosotros.
Cuando escuchamos.
mercoledì, ottobre 30, 2013
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