Fijate nomás que cuando el desgaste tiende a corroer la pita revienta de lo más delgado, lo más delgado siempre suele ser la aglomeración de complejidades individuales que se contraen en algún "cuello de botella", el mentado "cuello de botella" suele ser a su vez otro conglomerado de sentimientos, expectativas, malos humores y fallas en el carácter, incapacidad de absorber la crítica y hacerla constructiva, tomarse todo a lo personal, eso de tomarse todo a lo personal nunca ha dejado nada bueno, más que guerras, divisiones, sangre, conflictos y un montón de historias que se suman a los grandes errores de la humanidad, humanidad que pareciera estarse cada vez más alejando de lo que significa verdaderamente "ser humano" puesto que ese aspecto de pulir nuestro carácter y ser "inteligente" en diferentes áreas de la vida, floreciendo en lo cotidiano con espontaneidad, flujo, lucidez, abandono, se ha cambiado por un ego que siempre quiere estacionarse en su zona de comfort, pinche zona de comfort, me volviste a dar, y cuando te vuelve a dar resfriado o fiebre te acuerdas de Acapulco, o al menos de aquellas noches en las que ese burrito maltratado al que llamamos cuerpo hubiera preferido descansar un poco más.
Quien sabe, tal vez aunque estemos acostumbrados nos falta aprender mucho. Sí, claro, nos falta aprender mucho y eso cuesta. Entonces el estar acostumbrado a lo difícil es solamente un callo, una manera de que lo difícil no cueste tanto, que se pueda seguir empujando aunque sea un poquito más. Estar acostumbrado, aunque eso no sea la razón por la que seguimos empujando. No, la razón por la que seguimos es por otra razón, son los vestidos de brocado verde con brazaletes de plata, los jardines por donde fluyen los ríos y las mujeres de ojos hermosos. Ah, y también esas palabras: salamaaa salam.
domenica, agosto 03, 2014
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