Meditación Zen-tado

Partiéndo del hipotético, no tan arriesgado, caso en que una multitud se lanzara desesperadamente a las pirámides de Teotihuacán (experiencia tumultuosa que compartí con muchos otros ansiosos de "buenas energías" un 21 de marzo de cuyo año no puedo acordarme) me confunde y preocupa hasta cierto punto que se hayan construido expectativas (desde las más ocasionales hasta las más profundas) en base a un sentimiento muy válido, pero sin ningún asidero fuerte (llámesele experiencia, estudio, algo). Este sentimiento es la tan ansiada por muchos, experimentada por pocos, real vivencia de la re-ligio. Entiéndasele por favor como los antiguos romanos nos dejaron saber que la concebían: como un modo de volverse a unir con una potencia trascendental... Más allá de las limitaciones humanas mortales... hijas del tiempo... meras sombras.

Bien, pues resulta que hemos llegado ante una mesa puesta donde abundan las opciones, desde las dogmáticas institucionalizadas... que descalifican cualquier otra expresión de fe... (y que bueh, ahora no quiero detenerme a pensar en las demás brutalidades que van mucho más allá de sólamente descalificar) .. hasta las opciones light... o más bien, super light.

Eso es lo que me arrojó a escribir esta breve reflexión sobre un sincretismo muy particular, que valientemente se proclama como New Age. Veamos si en el nombre está la cosa... (como dijo el Rabino Jamil Nef Justkainofevich cuando interpretaba cabalísticamente el menú del restaurante de su sobrino querido). Ok, New Age: término en inglés que le proporciona de entrada esa sofisticación estética que requieren muchos productos para colocarse en el mercado, esa aura de ser algo nuevo... La Nueva Era. ¿Cuál es esta nueva Era? Siendo tan difíciles de trazar los límites entre una posible "era espiritual" pasada y una nueva, siempre se pueden mover estas fronteras... y hacer los ajustes calendáricos pertinentes para hacer encajar un eclipse, un número de año nuevo, una suma de fechas numinosas, en la interpretación de que ya estamos en "una nueva era galáctica"... porque eso si compañeros, esta nueva era no tiene frontera espacial, hasta los marcianos están invitados.

Algunos de los fenómenos (nótese bien que son fenómenos justificables solo desde la perspectiva New Age, que conste que no estoy diciendo que van a pasar...) que le dan mayor espectacularidad a esta Nueva Era son, de manera un poco somera: la llegada de Cristo, las "profecías" mayas (y no nada más su descubrimiento, sino lo inminente de su acontecer... osea que tal vez mañana despiertes con un chaneque en la regadera y te cuente lo que es el viaje intergaláctico: desde Tulum hasta las Pléyades), el descubrimiento de la fantasía espiritual floral "politeísta" y por lo tanto siempre adaptable a las necesidades del creyente del inquietante hinduismo, las terapia con ángeles, la brujería, el tarot, las runas... Hay opciones para todas y todos. Puedes ser un místico de temporadas, sólo los equinoccios y solsticios, cargarte de energías en las pirámides llamándo al arcangel Miguel, puedes tener simultáneamente un altar a Krisna y a Cristo y justificarlo diciendo que los nombres suenan igual, y con eso de que tal vez nunca murió en la cruz... ¿qué tal que del Oriente medio se fue a meter el Nazareno hasta las tierras del Hindu Kush... y le dictó a Arjuna uno de los cantos más populares de la tradición hindia?

Dentro de la libertad que ofrece tal sincretismo, yo voy haciendo mi propio altar, no lo niego. Tengo que aceptar que antes que siquiera empezar a comprender lo que era el símbolo del ying-yang, ya lo portaba yo en mi anillo "alquimico" a los 12 años...

Digamos que lo que más me inquieta de todo esto, es que al final, lo que resulta de todo esto es que "espiritualizarse vende"...

Pá que alguien les cuente su opinión de este aspecto, porque no checan lo que dice E. King...